La Navidad de este año está teñida de angustia por la enésima ola del virus, que zarandea nuestra pretendida seguridad y fortaleza. No hay un solo virus en realidad, sino muchos… Lacerante situación de inmigrantes y refugiados, violencia insoportable contra mujeres y niños, caos ético en la inacabable carrera por el beneficio económico… todo nos deja tan desnudos ante la realidad como el niño Jesús del Previati, pintor ferrarés que incorpora al arte sacro la modernidad pictórica. Su pintura se enriquece con los avances científicos sobre el color y, con dinámicas y ligeras pinceladas, consigue una vibrante luminosidad. La luz que tanto necesitamos en un túnel que se hace demasiado largo… En sus diversas versiones de la Adoración de los Magos, un tratamiento místico y a la vez humano entreteje lo visionario y la verdad, la realidad y el símbolo. Entre los ropajes suntuosos del lienzo, destacan dos desnudeces: la del niño y la de los pajes, como expresando esa preferencia loca del Señor Jesús por los pequeños y los últimos, preferencia que ha de ser, también, la nuestra. Pues hoy, como ayer, la voz angélica nos vuelve a recordar que nos ha nacido un Salvador y que la Luz con que nos envuelve es más fuerte que todas las oscuridades que nos amenazan… Hoy, como ayer,
Eguberri On! ¡Feliz Navidad!
José Antonio Badiola Saenz de Ugarte
Decano